Los cambios de la LOMLOE

Los cambios más llamativos establecidos por la Ley LOMLOE, o al menos los que más han llamado la atención y los que más controversiales han sido, los relacionados con el progreso del estudiante a lo largo del sistema educativo. Parece ser que lo que se pretende es que el alumno logre el título obligatorio de la ESO a pesar de los resultados que obtenga. Las disposiciones legales en este sentido son contradictorias. El alumno no podrá suspender más de dos asignaturas. No podrá pasar de curso si suspende una asignatura troncal, y ello debe de estar justificado por el equipo docente. Tampoco podrá repetir más de una vez y esta repetición de curso deberá estar motivada por ser un acontecimiento que solo puede ocurrir de manera excepcional. Con todo, lo que se pretende es que el fracaso escolar no sea un impedimento para el desarrollo social de nuestro país. Igualar a todos los alumnos y su aprendizaje y que, a pesar de la situación socioeconómica en la que se hallaran, puedan estar en igualdad de condiciones.

En este sentido creo que la ley ha progresado a la integración completa del alumnado y creo que el sistema educativo debería de pretender la integración completa del adolescente en él. La ley tiene que ir por delante de las situaciones sociales para conseguir mejorarlas. A pesar de que parezcan más o menos pertinentes.

Por otro lado, extiende la transversalidad de la educación en valores y responde a una demanda social imperante, de manera que regula a la escuela como una guía de vida.