El libro blanco de la educación


El Libro Blanco de la educación, documento que pretende reseñar el estado de la cuestión, escrito por José Antonio Marina, fue publicado en diciembre de 2015 a la luz de una nueva ley de educación. Fue planteada por el ministro Wert en el marco de un gobierno conservador del PP. Según la presentación hecha en la clase 02/10/2023 por el profesor Xoán González, este documento señala 10 preguntas importantes que deberíamos de atender:

  1. ¿Se puede reformar y cambiar la educación poniendo sólo el foco en la profesión docente?

  2.  ¿De qué premisas hay que partir para conseguir un pacto por la educación?

  3.  ¿Está bien formado el profesorado no universitario?

  4.  ¿Qué se puede hacer para seleccionar mejor el profesorado?

  5.  ¿Qué hay que cambiar de la formación inicial?

  6.  ¿Cuáles son las modalidades más innovadoras y eficientes en la formación permanente?

  7.  ¿Quiénes y cómo deberían ser los formadores de maestros?

  8.  Sí, claro que hay que evaluar, pero ¿quién lo hace y qué criterios se siguen?

  9.  ¿Los maestros serán mejores si cobran más?

  10.  La promoción docente no puede basarse en la antigüedad sino en otros estímulos individuales y colectivos.


Bajo mi punto de vista, la educación no debería de centrarse en la labor del docente sino en todo el sistema. Aunque el profesor es una de las figuras centrales del sistema educativo, no es el ónfalos en torno a lo que todo tendría que girar. Debería de mejorar su situación y que su papel social fuera aún más relevante, además de que debería de tenderse a tener a los mejores docentes en el sistema. En algunos casos el profesor no universitario está incluso mucho más formado para ejercer como docente que algunos profesores del entorno de la educación superior. En el sentido de que muchos de los profesores de la educación primaria están instruidos para ejercer como maestros durante más de 4 años, adquiriendo experiencia según va avanzando en la universidad. Aquí no creo que esté el problema. 

Para seleccionar al mejor profesorado se necesita un sistema de evaluación mucha más plástico y flexible, que reconociese méritos a través del aula y no en el exterior (publicando libros o haciendo cursos), bajo mi punto de vista los mejores profesores no son solo los que mejor dan clase sino también los que se esfuerzan para que todos la puedan seguir. La formación del profesor debería de seguir muchos más criterios prácticos, siguiendo clases reales y participando en ellas como docente. Como dice el dicho, “cortando huevos se aprende a capar” o “la práctica hacer al maestro”.

¿Tendríamos mejores profesores si estos cobran más? Yo creo que el dinero por sí mismo no conseguiría que los profesores que tenemos hoy en día fueran mejores, como si por arte de magia esto se arreglará. Yo creo que la cantidad de dinero haría que la profesión tuviera otro valor social, si esta aumentase, mejorando. Igual que los médicos, debería de ser más restrictivo también para que fuera más difícil serlo y que así ello fuera un privilegio para quien ejerciera el oficio. Pero claro, como dijeron en clase, todo esto podría dar lugar a que, como en Francia, no hubiera suficientes profesores. Por ello, creo que el dinero no sería el único factor, también como dije anteriormente, un profesor debería de tener menor carga de trabajo, menos alumnos y menos horas, para que pudiera intensificar su esfuerzos en las clases que diera y en los alumnos que tuviera. Cargando al profesor con horas extras, tutorías, guardias y otras actividades, este se terminaría por cansar y frustrar, sin centrarse en su labor principal que es la de ser maestro. 

Marina se centra mucho en el papel del docente, de su formación y cualidades personales para ser un buen maestro. Sin embargo, hemos de tener en cuenta que muchos de los problemas del sistema de educación, el cual no se cree realmente como un problema por la mayoría de los españoles, es, bajo mi punto de vista, la situación desde la que se parte y el contexto del que viene el alumno. En contraposición con el Libro Blanco creo que debería de ponerse el foco en el alumno, intentando que todos lleguen y ofreciendo el aula como un factor igualitario para nuestra sociedad. De manera que los alumnos puedan ser entendidos en un marco individual para poder lograr una igualdad colectiva de facto. Las aulas deberían de tener un número más reducido de alumnos para que el profesor pueda atender a todos y lo logre. Con aulas repletas el profesor se verá desbordado y no conseguirá mucho.


José Antonio Marina • José Antonio Marina


 

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