El cole O Pelouro

 

El colegio O Pelouro, desde un primer momento, parece un oasis en medio del desierto que se ofrece como hito de lo que se puede lograr en los centros escolares. Claro está que la situación de los centros escolares españoles, sumidos en lo precario, en los que un aula abarrotada es lo más común, parece imposible de asimilar. 

En él se ha logrado la integración de los niños, tratándolos como tal, gracias a la participación de las familias y  gracias a una metodología que pretende fomentar la curiosidad, la creatividad y la personalidad de los niños. En él, el profesor no solo es el que enseña, sino que, en él, también lo hacen los otros niños. Todos participan en la tarea del aprendizaje y en el conocimiento, aportando los suyos propios o los que descubre en su día a día gracias a los libros o a los materiales que les proporciona el profesor. El trabajo por proyectos, que resuelven sin mayor preocupación y de una manera aparentemente sencilla, es una de las grandes claves de su metodología. Con él todos participan y se ven integrados. No hace falta un sobreesfuerzo para hacerlo o una integración forzada por parte del profesor, ya que todos parecen moverse como una gran familia en la que se ayudan unos a otros. 

Claro está que sin la guía del profesor o el auxilio de los padres que voluntariamente se ofrecen para colaborar en las tareas del colegio, nada sería posible. La atención a la diversidad se consigue mediante la evidente integración de los niños a los que le afecta y gracias a la gran implicación que en el colegio se demuestra. 

Bajo mi punto de vista, y aunque parezca imposible de hacer, lo importante es la metodología, el esfuerzo e intentarlo.¿ Lo que ha logrado O Pelouro es imposible o es por una falta de esfuerzo por parte de los profesores del resto de centros escolares? En mi caso, durante toda mi escolarización, tuve profesores de todos los tipos, pero los que me dieron Historia solamente se sentaron en el aula y prefirieron recitarnos unos apuntes manidos desde la comodidad del pupitre. Teníamos que copiar y aprenderlo de memoria, no existía un esfuerzo por hacer otra cosa. Nunca sentí que se preocuparan porque aprendiéramos más allá  o por nosotros como personas ¿Cuál era el problema entonces?